La oposición política ha sido siempre un actor importante en cualquier democracia, ya que permite una contraposición constructiva entre diferentes grupos y fuerzas políticas. La pregunta es qué tal está la oposición actualmente y cuáles son las estrategias que están utilizando para interactuar con el gobierno y conectarse con las demandas ciudadanas.
En este sentido, vale la pena destacar que en muchos países se han producido importantes cambios políticos en los últimos años, lo que ha afectado significativamente a la oposición. Muchos de estos movimientos políticos están liderados por nuevos actores y figuras políticas que buscan articular y fortalecer su posición, pero también enfrentan desafíos importantes al hacerlo.
Uno de los principales desafíos en el que se encuentran los partidos opositores es la fragmentación política. En muchos países existen muchas fuerzas políticas activas, lo cual puede hacer que resulte difícil para una organización concreta lograr un acuerdo colectivo y una estrategia común. Esto puede llevar a que algunos de estos actores se sientan frustrados e insatisfechos con la situación política actual, por lo que es importante buscar mecanismos y acuerdos que permitan superar esta fracciónización y presentar un frente unitario.
La conectividad digital también ha jugado un papel fundamental en la configuración del debate político actual. Las redes sociales han proporcionado una plataforma perfecta para los partidos opositores comunicarse con sus seguidores y difundir sus ideas más ampliamente, pero también alentando el surgimiento de liderazgos personales en Internet que muchas veces se oponen no solo al gobierno existente, sino incluso a los propios partidos tradicionales. Aunque esto puede ser visto como una oportunidad para la renovación y revitalización de los líderes políticos más jóvenes y dinámicos, también genera un problema: el surgimiento de actores individuales que se perciben inmunes al control de las fuerzas opositoras organizadas.
Oposición vs. Gobierno
En muchos países tenemos en la actualidad una situación política marcada por el enfrentamiento entre la oposición y el gobierno. La falta de acuerdos parlamentarios, la dificultad para encontrar puntos comunes, la ausencia de diálogo constructivo y el antagonismo generalizado entre todos los actores involucrados en la política pública son solo algunos elementos que caracterizan esta compleja situación actual.
Este tipo de situaciones no es nada nuevo. Siempre han existido conflictos políticos en democracias maduras, que al final siempre resuelven sus diferencias y consiguen llevar adelante los objetivos políticos a largo plazo. ¿Acaso esto significa entonces que tenemos una situación anormal como la política de hoy? La respuesta depende de cómo valoramos lo cualitativamente bueno o malo, es decir, si un gobierno ha tenido éxitos y por qué no tiene más partidarios.
En general resulta crucial para el correcto funcionamiento del régimen electoral democrático que tanto el gobierno como la oposición se vean favorecidos en igual medida. La presión de los opositores debe ser un freno constante a los impuestos abusivos, pero al propio tiempo los gobernantes deben dejar espacio suficiente para la oposición y asegurarse su bienestar sin que resulte precario el gobierno de las urnas.
Diversas Formas de Oposición

En algunos casos, la oposición se manifiesta a través de vías tradicionales de participación política como los partidos políticos. Sin embargo, en otros momentos, la manifestación de la disidencia puede dar lugar al surgimiento de movimientos sociales y ciudadanos que buscan expresar sus demandas y preocupaciones de una manera más directa.
Esto puede deberse a varias causas: por un lado, los movimientos sociales pueden proporcionar un espacio para aquellos grupos o individuos que se sienten excluidos del sistema político tradicional. Además algunos ciudadanos pueden sentir que su voz no es escuchada en la democracia institucional y prefieren recurrir a formas de manifestación que tengan más inmediatez y efecto.
Por ejemplo, una manifestación contra un proyecto de ley o incluso una toma estudiantil no solo es una reivindicación legítima en tanto como ciudadano, sino también a su debido momento puede permitir cambiar con éxito al Parlamento la visión tradicional por alguna más progresista.
Desde este enfoque más radical resulta evidente que siempre ha habido un enfrentamiento constante en democracias entre aquellos poderosos partidos dominantes (ya sea o no mayoritarios) y fuerzas que quieren democratizar al país hasta llegar a situaciones políticas igualitarias. Este es, básicamente el núcleo del sistema constitucional democrático.
Elecciones y Oposición
Las elecciones de todo tipo son uno de los principales mecanismos para que la oposición ejerza su influencia en la política pública y para elegir gobernantes. En este sentido, es crucial que se celebren de manera regular y cumpliendo con todos los requisitos constitucionales.
Además del funcionamiento electoral mismo, también resulta importante para la salud democrática que una sociedad tenga una percepción clara y positiva del proceso electoral como algo legítimo y transparente. Esto puede lograrse no solo a través de mecanismos institucionales específicos, sino también a través de un fuerte compromiso social que busque difundir la idea democrática entre cada ciudadano.
La participación en las elecciones, junto con los mecanismos que fomentan los votos electorales actuales como son los voto electrónico o sistemas automáticos, también permite garantizar el carácter representativo del régimen electoral al hacer posible a su debido tiempo elegir gobiernos locales, regionales y nacionales. En última instancia la idea que debe ser inculcada en la mayor cantidad posible de ciudadanos es la idea democratica: gobernar significa participar.
Elección directa vs. indirecta
En algunos casos, se utiliza un sistema de elección indirecta, donde los votantes eligen a legisladores o representantes que a su vez eligen al titular del cargo más importante en el gobierno como es lo habitual en las presidenciales.
Conviene no confundir la elección directa como es el caso por ejemplo de un gobierno republicano basado en un régimen electivo con otra elección donde el sistema utilizadose puede generar sistemas electorales y gobiernos poco representativos, esto podría incluso dar lugar a regímenes autoritarios.
La oposición al gobierno que utiliza estas formas distintas de elegir líderes públicos debe realizar una gran labor para convencer al ciudadano de la legitimidad del proceso.
Por otro lado, en sistemas presidenciales la elección queda al cargo directo de los votantes: cada vez más se busca en esta configuración que el gobernante sea elegido por su carácter político; es decir, por las ideas y propuestas del candidato.
Participación Social

Sin embargo, para abordar con éxito los desafíos actuales en un régimen electivo democrático en una fase de modernidad social avanzada y con acceso a redes sociales, hay que ir más allá de la oposición política clásica, en la sociedad civil. Esto debe hacerse mediante diversas formas como las manifestaciones civiles.
La participación de la ciudadanía no se limita solo a los mecanismos tradicionales de participación política mencionados anteriormente, sino que también hay oportunidades para ejercer la ciudadanía y tener una influencia real en la política pública. Por ejemplo, pueden ser los protestos callejeros o en redes sociales, las acciones colectivas de organizaciones sociales o culturales o incluso simplemente compartir contenido y discutir sobre temas políticos con otras personas.
Conclusiones
El sistema electoral democrático se enfrenta a diversos desafíos, debido a la compleja transformación social por la que atraviesa un país en una era avanzada de globalización como es la modernidad social contemporánea de las redes.
Esto requiere una forma activa y participativa del ciudadano político.
Es por todo lo anterior la participación es el motor más importante en el sistema electivo democrático.