Las oposiciones son exámenes públicos para seleccional candidatos para un puesto dentro de la administración pública. Durante el proceso, pueden surgir situaciones en las que los participantes denuncien irregularidades que comprometan su validez. En estos casos, se requiere la intervención de una autoridad competente para decidir sobre la anulación o no de los exámenes.
En primer lugar, es importante destacar que la anulación de oposiciones por irregularidades suele depender de un análisis exhaustivo de los hechos. Esto implica la recopilación y evaluación de pruebas e informes que demuestren el carácter injusto del resultado de las oposiciones.
Una vez que se recabaron todas las pruebas necesarias, la autoridad competente debe emitir un informe claro y detallado sobre su decisión. Si se estableció la presencia de irregularidades importantes como acuerdos entre los integrantes del tribunal calificador o sobrecostos de los exámenes para algunos participantes, es posible que se ordene la anulación completa de las oposiciones para evitar cualquier sospecha de favoritismo hacia algunos candidatos, así como garantizar la transparencia en el proceso.
Mecanismos legales para exigir la anulación
El derecho a pedir la anulación por irregularidades se basa sobre todo en varios principios constitucionales y legales. El derecho al debido proceso, garantizado por nuestra Constitución, garantiza que cualquier acto administrativo sea conforme con las reglas básicas de igualdad e imparcialidad.
En este sentido, si un grupo de candidatos detecta una irregularidad importante en el escrutinio de sus exámenes y se presentan ante la autoridad judicial competente, pueden solicitar que se anulen las oposiciones porque, supeditándose a los requisitos específicos solicitados en cada jurisdicción, es inadecuado realizar el cálculo por partes para evitar cualquier sospecha de favorecimiento selectivo hacia algunos candidatos. Por esto los participantes involucrados pueden exigir una investigación exhaustiva, que incluya toda la documentación que apoye u objeten sus reclamaciones.
Finalmente, es crucial considerar las posibles complicaciones legales e incluso procesos iniciales si se denuncia alguna falta de equidad administrativa e injusticia por parte del tribunal calificador. Por ejemplo, el planteamiento de una acción legal puede tener efectos secundarios importantes a corto y largo plazo como la dilación en la resolución.
Tipos de irregularidades por las que se pueden anular las oposiciones
Entre los tipos más comunes son aquellos relacionados directamente con el proceso de evaluación, lo relativo al uso irrazonable de los medios tecnológicos. Por ejemplo, si un tribunal calificador permite la presencia inusual de proyectos privados para revisar las oposiciones y se presume algún acuerdo oculto entre aquellos involucrados y el organismo examinador.
Cesiones de información que fueran propiedad de los candidatos y deberían mantenerse confidenciales. En el lado opuesto, un examen no corresponde a la modalidad en la ley establece o el tribunal calificador no ha publicado su pauta clara y definida para la realización del mismo.
En un caso especialmente delicado, si se denuncia que algún tribunal calificador haya ofrecido a uno de los participantes una entrevista previa antes de realizar las contestaciones que les solicitaba en el examen.
Esta irregularidad generalmente tiene varias formas distintas y pueden deberse solo por la falta en el ejercicio de su función de fiscalización.
La responsabilidad en el anulamiento de las oposiciones

El criterio principal para determinar si las oposiciones deben ser eliminadas por completo del sistema o si se debe emitir un nuevo examen es basado principalmente en la gravedad de los hechos. Esto dependerá en gran medida de la voluntad y la decisión del tribunal calificador al presentarse cada caso.
Si bien, como ya se indicó con anterioridad, algunos casos por irregularidades podrían requerir la repetición total del examen para garantizar la igualdad e imparcialidad y evitar cualquier recelo sobre favoritismo por parte de los tribunales o exámenes de los candidatos.
Todavía hay que señalar también las causas, en donde exista acusaciones plausibles a algunos funcionarios con el fin de ejercer presiones psicológicas y/o económicas sobre los demás concursantes. Además del ejercicio por sus cargos para participar o bien influir como resultado de esos exámenes.
Conclusión

La anulación total o parcial de las oposiciones por irregularidades debe cumplir estrictos requisitos legales aprobados por la Constitución y está al cargo de una función pública. Si surge un supuesto injusto que atenta contra los principios constitucionales del debido proceso y la igualdad, el tribunal calificador ante las autoridades pertinentes puede decidir anular estas oposiciones para así evitar cualquier malentendido.
La decisión final de los tribunales y sus acciones administrativas deben realizarse con base a los hechos probados e irrefutables. Para ello debemos mantenernos al margen de todas las opiniones subjetivas y seguir nuestras acciones judiciales basadas en la veracidad.
