La participación como miembro del tribunal en los procesos de oposición es una responsabilidad importante y-demandante para muchos profesionales, académicos e investigadores. La carga de trabajo, la falta de disponibilidad de tiempo, sentirse sobrecargados emocionalmente por la responsabilidad de evaluar a los candidatos, carecer de formación o experiencia en el ámbito de evaluación son algunas de las razones para evitar cumplir con este importante cometido.
El papel del tribunal es crucial en procesos como concursos públicos, licitaciones, adquisiciones y otros sorteos oficiales. Por otro lado, algunos individuos optan por evitar ocupar un escaño en los tribunales debido a razones diversas. Algunas de las personas pueden estar demasiado sobrecargadas con sus propias labores; otras pueden no tener el suficiente tiempo para dedicárseles.
Otros profesionales se sienten inadecuados para cumplir el cargo o bien los desafíos profesionales pueden limitar su capacidad a participar en algún proceso importante. Los requisitos específicos que conlleva el puesto pueden llegar a asustar, incluso a muchos de los candidatos; esto no va siendo uno más a los inconvenientes.
Algunas instituciones y autoridades podrán tener la obligación de participar y cumplir con el acto jurídico. De todas maneras es importante estar informado sobre las normas y regulaciones vigentes para determinar quién puede o no asumir diferentes responsabilidades en los concursos.
Dado que muchos de ellos son profesionales del derecho, tendrán mucho conocimiento al respecto y podrán ser candidatos muy adecuados; también pueden darse situaciones donde se requiere su participación. El equilibrio entre responsabilidad profesional, autonomía, seguridad para la institución respectiva, debe estar en perfecto concordancia con el buen hacer.
Riesgos para los profesionales

Para un profesional optar por ser parte del Tribunal de oposiciones puede presentarse como una situación que no solo afecta negativamente su productividad laboral también puede generar diversos inconvenientes a corto, mediano y largo plazo. Algunos de estos riesgos son: la sobrecarga de trabajo, la presión emocional para realizar juicios imparciales y difíciles, carecer de los conocimientos o experiencia adecuados en el área evaluada.
Por otra parte, al participar en este tipo de procesos muchas veces las personas involucradas presentan distintas inestabilidades o desajustes. Los profesionales pueden enfrentarse a importantes problemas de salud por la alta cantidad de presiones recibidas debido a la gran responsabilidad que recaen en ellos una vez sean parte del tribunal.
Además, podrían ver afectados sus resultados de rendimiento y su motivación a causa de las exigencias impuestas. Esto puede redundar en mayores pérdidas económicas para el organismo al tener que pagar compensaciones por despido improcedente.
El miedo a la presión y obligaciones del cargo puede resultar en una baja productividad laboral y comprometer también su bienestar emocional.
Consecuencias legales
Participar como miembro de un tribunal de oposiciones acarrea ciertas exigencias legales que deben ser respetadas. Por ejemplo, tener acceso a información confidencial sobre los candidatos; el deber de permanecer neutral ante las posturas de cada participante y evaluar sus méritos con criterios objetivos.
Se debe cumplir estrictamente con el debido proceso legal, donde cada uno de los partes tenga la garantía que se le ha dado un trato justo. Además, es importante recordar que para esta responsabilidad específica se requiere un conjunto determinado de habilidades en la conducción y evaluación de procesos.
Las dificultades acaecen de manera natural si los integrantes del tribunal tienen poca experiencia o preparación especializada. Así podrían generar riesgos legales que afectarán negativamente su carrera profesional y también las posibles condenas económicas a la institución por la inexperiencia del equipo de oposiciones.
En caso de incumplir las normativas adecuadas se podría provocar perjuicios tanto morales, como financieros; estas consecuencias pueden tener que ser pagadas personalmente. Por ejemplo, si el tribunal no cumple con todas las formalidades necesarias en un concurso para nombramiento público.
Alternativas de escape
En muchas ocasiones surge la posibilidad de rechazar participar o evadir responsabilizarse como miembro del Tribunal en los concursos públicos. Esto se debe a que el desglose y detalles, tiempo necesario o dedicación exigida pueden variar enormemente dependiendo del tipo de concurso donde debamos tomar parte como evaluadores.
Si tenemos un exceso de trabajo o nuestra disponibilidad es reducida, podríamos tener motivos válidos para no participarnos en la convocatoria que estamos aludiendo. Es decir, si por una u otra razón el candidato decide recusarse y los concurso quedara sin evaluador.
Una opción seria la de renunciar a la posición o simplemente retirarte de esta importante responsabilidad; lo cual tendría sus pros y contras en diferentes ámbitos como profesional e institucional o incluso personal. En las situaciones más extremas, podría tratarse de buscar ayuda legal. En muchas ocasiones, estos casos pueden acarrear importantes consecuencias legales que pueden costar caro a la institución.
Sin embargo, es importante recordar los objetivos de un Tribunal y el equilibrio entre responsabilidades del cuerpo ejecutivo del concurso, donde se debe dar cabida a los criterios profesionales. De todos modos, hay una cosa para dejar en claro; siempre será conveniente acudir al derecho y tener presente que uno esta bajo estricta obligación de mantenerse neutral.
Consideraciones personales e institucionales

Hay personas o personalidades muy útiles para este tipo de roles; como los profesionales del derecho, por mencionar un caso. Este perfil puede resultar ideal para ocupar el escaño en algún proceso donde la interpretación y conocimiento jurídico sea crucial.
Por otra parte algunas organizaciones institucionales tienen obligaciones legales que han acordado cumplir. Estas organizaciones deberán nombrara nuevos miembros del tribunal con suficiente tiempo de antelación a la próxima convocatoria. Es decir, cada uno puede elegir al hacerlo una elección difícil en la realidad de los casos.
Finalmente, hay varias variables a considerar para decidir si tomar parte o no en un proceso como el de ser miembro del tribunal de contratación pública. Así también se debe considerar la institución al que está asociado y con ella sus reglas específicas e incompatibilidades.
También lo es cómo asumimos nuestro compromiso y cumplirlo a cabalidad para mantener nuestra responsabilidad; así mismo el comportamiento en todo momento imparcial puede ayudarnos.