La relación entre la ciencia y la fe es un tema que ha sido debatido durante siglos. Mientras algunos creen que ambas son mutuamente excluyentes, otros sostienen que pueden coexistir e incluso complementarse. En este artículo exploraremos el tema a través de citas de científicos destacados.
Muchos científicos han abordado la relación entre ciencia y fe en sus obras y entrevistas. Por ejemplo, Carl Sagan afirmaba: “La razón es un proceso mental que nos ayuda a comprender el mundo natural alrededor de nosotros.” En este sentido, podemos ver cómo la ciencia busca explicar los fenómenos naturales a través del razonamiento lógico y la observación.
La base racional de la fe
La visión de Sagan sobre la razón como proceso mental que nos permite comprender el mundo natural es compartida por otros científicos. Por ejemplo, Francis Collins, director actual del Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos, escribió: “No hay una contradicción entre ser un científico y ser un creyente; pueden coexistir en la misma persona.” Según Collins, la fe puede proporcionar una base moral para nuestra comprensión del mundo.
Desde el punto de vista filosófico, algunos científicos argumentan que la fe se centra más en cuestiones existenciales y morales que en explicaciones científicas. En este sentido, no es necesario que las dos perspectivas entren en conflicto. Por ejemplo, Neil deGrasse Tyson explica: “La ciencia busca explicar el mundo natural; la religión se ocupa de cuestiones existenciales.”
Sin embargo, algunos críticos sostienen que la fe puede contradecir las conclusiones científicas. Para abordar este desafío, muchos científicos argumentan que la verdad no es absoluta y que incluso en el ámbito científico hay margen para la subjetividad. En esta línea, Stephen Jay Gould escribió: “No hay una verdad objetiva; solo hay muchas verdades relativas.”
Además, algunos científicos proponen que las religiones pueden inspirar innovaciones importantes a lo largo de la historia. Por ejemplo, el biólogo Francisco Moreno afirma: “La observancia de rituales y creencias puede fomentar una mayor cooperación social, un valor esencial para la supervivencia de las sociedades.” De esta manera, las religiones pueden contribuir al progreso científico indirectamente.
La naturaleza humana que busca respuestas superiores

Muchos científicos han abordado la relación entre ciencia y fe desde una perspectiva más personal. Según Brian Greene, físico teórico en el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, “todos somos curiosos, tratamos de entender el mundo, incluso aquellos que creen en la fe,” porque somos seres de búsqueda por naturaleza.
La relación entre ciencia y fe también se puede contemplar en términos de la evolución del pensamiento humano. En este sentido, las religiones pueden haber surgido originalmente como una forma de explicar fenómenos naturales que más tarde fueron científicamente explicados. Según Peter Atkins: “Debemos tener cuidado no juzgando el pasado con los criterios científicos actuales.”
Además, algunas investigaciones en neurociencia sugieren que la corteza cerebral del cerebro está diseñada para buscar respuestas a cuestiones existencias, ya que nuestra especie tiende desde una edad temprana busca darle sentido a su existencia. Por lo tanto, puede que tanto religión como ciencia sean expresiones válidas de esta necesidad humana.
No hay contradicción en la búsqueda de verdades simultáneas
Más allá del debate teórico, muchos científicos han tenido éxito en fusionar su fe con sus investigaciones. Según el astrónomo y profesor universitario Hugh Ross: “No hay tensión inherente entre la ciencia y la religión; puede haber un punto medio donde coexistan las dos perspectivas.”
También es importante destacar que, desde una cierta óptica de visión se considera que cada cual tiene su propio papel en el progreso del conocimiento humano. Según Brian Aldiss, catedrático de Filología Inglesa: “El conocimiento no significa necesariamente el conocimiento científico.”
Experiencias vitales como fuente inspiradora

La ciencia puede ofrecer respuestas precisas a preguntas particulares. Pero muchos científicos reconocen que la fe o, mejor dicho, las creencias religiosas pueden inspirar innovaciones significativas.
El biólogo Francisco Moreno destaca el ejemplo de Isaac Newton y su relación con sus creencias sobre un creador, argumentando: “Porque él creía que Dios era el creador del universo, Newton estaba tratando la física como si alguien lo hubiera pensado a medida para entender lo que ocurre en ella por completo.”
La contribución de los científicos piadosos y sus creencias puede permitirnos profundizar más en nuestra comprensión sobre fenómenos a estudiar. Es así, porque las diversas cuestiones planteadas acerca del significado del universo y el surgimiento de la vida al mismo tiempo como otras preguntas complejas no quedan cerradas con una respuesta completa por parte de ninguna teoría.
Además, para algunos científicos, las religiones pueden contribuir a generar un sentido de comunidad basada en compartir cimientos comunes compartidos. Según Neil Postman: “La sociedad se sostiene cuando la mayoría de sus miembros comparten un conjunto claro de valores y convicciones.”
Por ejemplo, las creencias religiosas pueden estimular la voluntad de cooperar para satisfacer necesidades más universales. Por lo tanto, los científicos con intereses en ambas ámbitos pueden encontrarse con múltiples conexiones interesantes: sus perspectivas y métodos complementan uno al otro.
La ciencia sigue avanzando

Sin importar la postura del individuo sobre religión y ciencia, es innegable que estas dos perspectivas han evolucionado juntas a lo largo de siglos. Los científicos creen que las preguntas respondidas por el progreso de la ciencia pueden ofrecer información tanto a los practicantes religiosos como a los no adeptos.
Además, según una tendencia creciente entre varios investigadores hoy en día, más y más estudios buscan explorar la posible relación histórica e influenciadora entre las tradiciones religiosas antiguas que han pervivido y las teorías científicas de nuestros días. En este sentido vemos cómo estos dos ámbitos pueden coexistir en beneficio mútuo.
Para que la humanidad siga avanzando, se requiere una visión más integral del universo, incluyendo tanto el conocimiento científico como las respuestas espirituales para cada persona.